Tenemos la suerte de estar en una Compañía que cumple dos características: primero, su solidez económica que le permite sostener más y mejor las dificultades y, segundo, una Compañía con una convicción profunda de que las personas son el motor de toda nuestra construcción. Estamos convencidos que Enaex es una entelequia, no es nada sin quienes formamos parte de ella. Y esa convicción hoy significa que haremos todo lo que sea necesario para que los más de 4.000 empleados de Enaex y sus familias sorteen con éxito estos tiempos de dolor y miedo. Estamos trabajando duro, se los aseguro, para que Enaex se mantenga a flote.
En esta situación compleja, cada uno de nosotros ha tenido que pelear desde su trinchera: Muchos de los compañeros de Enaex deben asegurar que nuestras plantas productivas sigan funcionando. Otros, están haciendo su esfuerzo en “teletrabajo”, desde sus casas, con todas las dificultades que ello conlleva. Otros deben estar en la faena minera haciendo la tronadura, asegurando que la minería -el sustento de nuestros países – siga operando.
Desde su lugar, cada uno debe hacer lo que corresponde: trabajar para que Enaex siga de pie, siendo fuente de trabajo y riqueza para nuestros países.
Agradezco especialmente a los compañeros de faenas. Deben dejar a sus familias y exponerse diariamente para hacer su labor. Sepan que estamos tomando todas las medidas para sanitizar los lugares por donde circulan. Mitigando cualquier posibilidad de contagio.
Los invito a seguir construyendo nuestra historia, a mantenerse en la esperanza, la fuerza y la alegría. Vendrán tiempos mejores donde podremos abrazarnos y seguro, todos habremos ganado en fortaleza.
Un beso a ustedes y a cada uno de sus seres queridos.
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